
Por Francisco Polo
El tratamiento del excremento humano o animal es común para la producción de abono. Deriva este conocimiento de nuestros antepasados, Asimismo, la producción energética del tratamiento de las excreciones de animales es propia del conocimiento de múltiples civilizaciones indígenas.
El guano, tal como se llama a la acumulación de excrementos de aves marinas tiene valor comercial en América Latina, en especial Ecuador, Colombia, Venezuela, Chile y países costeros del África meridional. Estos países cuentan con empresa que se dedican a la producción y exportación de guano de ave. Cuba, por ejemplo, exporta también guano de murciélagos. El tratamiento del guano a través del biodigestor produce biogás. Es decir, constituye bioenergía. El biodigestor es un tonel hermético e impermeable, que sirve para convertir desechos orgánicos, derivados de las frutas, excrementos, y vegetales, en gas metano y fertilizantes naturales con alto contenido de nitrógeno, fósforo y potasio. El gas producido por el biodisgestor se le llama biogás.

Ahora bien, y volviendo al punto del tratamiento de los excrementos como opción bioenergética, es importante señalar que ante el proceso in crescendo de destrucción al cual esta sometido el planeta, la opción bioenergética es la más favorable para el ser humano.
Los países latinoamericanos, mancomunadamente, deben dirigir sus políticas públicas de producción e innovación hacia el ámbito bioenergético, única fuente de energía con verdadero valor humano.
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